Entre los visitantes, 7,8 millones vieron las exposiciones permanentes, lo que supone un 2,5 por ciento más que el año anterior y la mejor cifra desde la construcción de la pirámide de cristal.
El museo D’Orsay, también en la capital francesa, sufrió en cambio un ligero retroceso, con 2.985.510 visitantes frente a los más de tres millones del 2009.
Entre las posibles causas, el centro apunta a las obras de renovación: desde mediados de diciembre de 2009, un tercio de la superficie de exposición está cerrada, incluida la galería de los impresionistas.
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