Egresó en 1946, haciéndose acreedor a una beca para estudiar en Argentina, luego regresó a Lima en 1952. Pero antes de paso por Lampa se le encarga pintar la Calle Pardo frente a la casona Macedo, obra que hoy se exhibe en la Dirección de la Escuela Nro. 871.
En 1954 ocupa la tan conocida habitación 283 del Hotel Lima, en la Parada, la zona más peligrosa de la capital, pero su arte le daba un salvoconducto para transitar ileso por aquel lugar,donde de morador de La Parada y merodeador de mujeres bellas, muchos sin conocerlo decían que era un borracho perdido,transitaba solitario impenitente,que se pasaba la vida en bares de baja estofa, lo cierto es que el pintor de Lampa era abstemio por elección y marginal por vocación. Su mundo estaba poblado de arlequines, quijotes y seres olvidados por Dios y por los hombres, amaba a Marilyn, a Toulouse Lautrec a Goya, a los toros y a Beethoven, de afuera parecía un sujeto estrafalario y medio chiflado, los que lo conocieron desde dentro sabían que cultivaba la pose y el gesto sólo para defenderse.
En setiembre de 1966 viaja a Paris, feliz como un niño se embarco rumbo a la ciudad de la luz, una vez allí, se le fue la ilusión y con tristeza dolorosa pidió regresar a Lima; en 1970 muere su madre y a ella le dedica un cuadro con un profundo mensaje de dolor y soledad. Lentamente avanza en su cuerpo el cáncer a la laringe y es operado en 1983.
En la madrugada del 21 de noviembre en 1986, fallece en el Hospital de Enfermedades Neoplásticas, al día siguiente es enterrado en el Cementerio Presbítero Maestro en el cuartel Desiderio nicho 47-D, lugar donde puede visitarse al maestro, hay quienes dicen que en los alrededores del cuartel San Desiderio del Presbítero Maestro, una silueta de hombre con sombrero de copa baila boleros y tangos.
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