En el interior se luce un retablo de estilo churrigueresco. Igual de interesante es su sala capitular de dos cuerpos, una de ellas muestra una bóveda cuatripartita y la otra impacta por su estilo gótico del siglo XVII.
El convento posee una valiosa colección de libros y pintura cusqueña. Al igual que los otros templos de la ciudad, La Merced fue dañada por los terremotos, sobre todo con los sismos de 1958 y 1960. Un prolijo trabajo de restauración le devolvió su añejo esplendor.
Se encuentra en la intersección de las calles La Merced y Tristán.
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