Según referencia, hacia el año 1879, Antonio Raimondi, ya daba indicios de la existencia de un denominado Castillo. Pero es gracias a los estudios que realiza el arqueólogo Julio César Tello, Toribio Mejia Xespe y Hernán Ponce; el 01 de Julio de 1937 son llevados por un joven de 15 años llamado Víctor Dueñas, a lo que el llamaba la dacha del indio bravo, donde algunos brujos de la zona realizaban sus rituales .
Posteriormente han sido estudiados por otras personas, como Arturo Jiménez Borja (1971), Lorenzo Samaniego (1979 y 1995) y Mercedes Cárdenas (1995).
Luego de los estudios realizados, nos dio como resultado , que no era un solo templo, sino dos.Uno más antiguo, hecho en adobe y con decoraciones de murales y una segunda etapa, que correspondería a las lajas de piedra que circundan al primer templo.
La primera construcción hecha en adobe tiene una cámara sagrada ,a delante del atrio que comunica a dos habitaciones . Los muros fueron enlucidos y pintados de azul y rosado.
También se encuentra un personaje boca abajo, y está semidesnudo. La cara y la nariz tiene cierto aire aguileño y la cabeza posee una especie de turbante que cae sobre sus hombros .
Asimismo existen dos peces similares, teniendo cada uno 3.70mts. de longitud y 1.50 mts de alto, se encuentran de perfil mirando hacia la entrada y están pintados de azul, rojo blanco y negro y amarillo anaranjado.
Sobre las lajas de piedra que circundan el templo, que suman un total de 303, se tejieron hipótesis, una de ellas, fue que posiblemente fue un templo dedicado al estudio del cuerpo humano y la segunda versión , más valedera, es que el templo ha sido realizado como símbolo a una batalla ganada, por tal motivo se encuentran guerreros, cuerpos seccionados y órganos.
Para un mejor estudio y comprensión, los arqueólogos cada uno de ellos, han creído conveniente clasificar, los diseños en piedra, de acuerdo a su significado.
Autor: Miguel Ángel Silva Esquén.
Publicado en Mirador Regional, julio 2004.
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