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viernes, 9 de abril de 2010

11.- Doctrina de San Agustín de Cajacay

Cura : 1.
Sacerdotes : 2.
Iglesias : 6.
Extensión de leguas de la doctrina : 19.
Número de feligreses : 2,688.
Renta total : 1,259 pesos 4 reales.
Contribución del párroco : 52 pesos.
Cuentas episcopales : 75 pesos.
Distancia de la capital de departamento : 42 leguas.

Pueblos, estancias y anexos que componen la parroquia con sus distancias de ella

Cajacay, Raquia, Chamayan, Colquioc, Huaillarayán y Yama, son los pueblos que componen la parroquia cuya cabecera es Cajacay, caminando en descenso para formar el circuito de la Doctrina, se numeran tres cuartos de legua de Cajacay a Raquia: A Chamaya cuatro leguas, a Colquioc ocho leguas, a Huaillacayán catorce leguas, a Yama diez y seis leguas y a Cajacay terminando el circuito diez y nueve leguas.
Huaillacayán, se titula vice parroquia aunque no conserva documento que lo acredite, no obstante las exquisitas solicitudes que ha hecho el que suscribe , presumiéndose muy reservado sus habitantes que tienen bastante habilidad para ello, y donde resulta en esa parte la notable minimizad de los proveníos , sin embargo que las cofradías tienen para todos fondos suficientes de los que por una anticuada corruptela, abusan los naturales para satisfacer sus contribuciones y urgencias particulares , hallándose por esto lo material de un ejemplo casi tocando a su ruina, para cuyo han sido ineficaces las voces del postor en razón de que las deudas a la cofradía que tienen alguna influencia, son los mismos que fomentan, a fin de eludir la solución.
En Cajacay se acaba de fabricar una capilla dedicada a la adoración de la Santísima Virgen del Carmen, a cuyo efecto se obtuvo la venia del M. Metropolitano Ilustrísimo Señor Dr. Don Francisco Javier de Luna Pizarro, no solicitándose aún la del patronato. Dicha capilla no tiene todavía paramentos. En las pequeñas estancias de Ahuallanca y Cachuas (pr5opias del Señor) existen también dos reducidas capillas, y solo se asevera la tradición que obtuvieron licencia para poder celebrar el santo sacrificio una vez al año en cada uno de ellos, por el tiempo en que se hace el rodeo del ganado vacuno, y para cuyo fin se conducen todos los paramentos de Cajacay y Huaillaranga.
Cajacay que esta situado en un plano horizontal es de un clima templado, de sus habitantes, predomina en los vecinos el temperamento sanguíneo colérico y en los indios el melancólico.
Chamayan, que está en un plano algo inclinado (que en lo civil corresponde al distrito de Marca en la provincia de Huaylas), es de un clima cálido y sus habitantes reunidos de diferentes partes tienen también diferentes temperamentos.
Colquioc, colocado en un plano inclinado es de un clima más ardiente que Chamayan, y sus moradores, reunidos de varias partes tienen diferentes temperamentos.
Huaillarán, que descansa sobre un plano inclinado y muy irregular, es de un clima frígido y melancólico como el temperamento de sus habitantes indígenas, predominando en los vecinos el colérico sanguíneo.
Yama, colocado en la mayor altura y en un plano muy inclinado e irregular, es el más considerable por su clima frígido y por la honradez de sus hijos indígenas con quienes predomina el temperamento colérico sanguíneo.

Relación de sus caminos, ríos, comercio, frutos, idioma y casos notables:

El camino que conduce de Cajacay a Chamayan es en el día algo peligroso, porque estando la mayor parte hacia el lado de Marca, los pueblos que antes lo reparaban anualmente, sin duda hace muchos años que olvidan un deber de pública utilidad, por lo que a cada paso se tocan en sumas estrecheces al lado de considerables profundidades, expresándose principalmente el párroco cuando a cualquier hora de la noche transita piel, motivo de acudir a algún auxilio espiritual.
De Chamaya a Colquioc aunque no presenta un camino, aquel peligra formidable, no deja por eso de ser bien molesto por las montuosidades de que en partes apenas puede salvar el ojo del transeúnte.
El de Colquioc a Huallirayan es de digno respeto al más indiferente de la vida, porque contiguo a ese pueblo hay una cuerda denominada cacha de una legua de longitud, cuyo paso es bien estrecho y como de media legua de profundidad hacia un costado. En éste camino han perecido varios hombres y mujeres, y esta en obstante la desidia de los habitantes, y más que todo la del jefe del Distrito hacen que permanezca sin mejora alguna y por donde el que suscribe ha pasado a la media noche no sin poco espanto.
El camino de Huaillacayan a Cajacay, aunque esta lleno de precipicios y montuosidades, es penoso por sus cuestas y porque anualmente no se repara como corresponde.
Al lado de Cajacay pasa el río que hace una línea divisoria entre los Departamentos de Ancash y Junín. Dicho río es pobre porque no obtiene sus aguas de las cordilleras, por lo que se vuelve muy manso pasado el invierno y en el rigor del verano puede vadearlo una lagartija.
La agricultura, sufre muchos contrastes en este motivo contrastes más sensibles si se consideran seis pueblos adyacentes que se sostienen de el y una quebrada de diez y seis leguas. Menester sería llamar aquí la atención del Supremo Gobierno, o de la Nación, reunida en Cámaras, para que aliviaran a estos sus tristes hijos que como los más profundos al sostén de la paz de la Patria. Para conseguir competente provisión de aguas, de modo que se aleje toda sospecha de destrucción a la agricultura, hay un receptáculo llamado Conococha, al oriente de éstos desgraciados pueblos de donde según la visión de inteligentes hidráulicos, puede conducirse el agua que tanto apetece y casi a poca costa, pues en concepto del que suscribe, haciendo al Supremo Gobierno, a las Cámaras, una doble gracias de ordenar inmediatamente el trabajo para conseguir el agua.
Al lado de Huaillacayan pasa otro río de mejores auspicios que el de Cajacay. Estos dos se reúnen en el punto de Julcán, pero hay un día aunque ellos lloraran para acrecentar sus aguas, sería difícil, se reunieran en su duelo por tan notoria como sensible sequedad.
Hay otro riachuelo nominado Cochuac que solo por una gracia del Cielo, se conserva casi perenne y el que refrigera a mi pobre Raquia a penas tiene agua para beber.
El comercio de aguardiente se va propagando en Cajacay, Raquia y Chaucayán, y según relación uniforme, la mala calidad de algunos caldos haya producido efectos lamentables. La chicha es una industria en que se ocupan constantemente algunas mujeres. Los huaillanainos y yamarinos cargan sales de la costa para hacer sus permutas, a expenderlas en el interior. Los colquinos son dedicados enteramente a la agricultura.
En Cajacay, Huaillarayan y Raquia hay pocos criaderos de ganado vacuno y lanar. Se cosechan también regulares trigos. Estos que en otro tiempo era el sostén de los labradores por el valor que tenido, se hallan hoy casi sin estimación a consecuencia de la introducción de harinas extranjeras y de lo que ha resultado naturalmente la quebrada de aquellos pueblos. El maíz se produce en todas ellas, siendo dulce en Cajacay, Raquia, Yamac y Huillacayan y morocho el de Chamayan y Colquioc, en los mismos pueblos de Yamac y Huayllarayán no se produce maíz sino en sus quechuas o terrenos templados.
La papa, cebada, racacha, ocas, ollucos, habas y otras legumbres se producen en Cajacay, Raquia, Yamac y Huayllarayán, y las semillas de alfalfa, camotes, yucas, cebollas, ajíes, paltas, lúcumas, chirimoyas, naranjas, palillos, plátanos, ciruelas, guayabos, en Chamayan y Colquioc.
Los vecinos de los seis pueblos hablan los más el castellano o de un modo regular, aunque sin principios y solo por el roce con algunas gentes de costa: la quechua es la más usada.
Los indígenas hablan poco castellano y principalmente las mujeres. La quechua es en general muy adulterada, sin sujeta a ninguna regla gramatical. No se encuentra una que pueda verter a la quechua un escrito en castellano.
En Huaillarayán existe desamparado una mina por carecer de facultades los propietarios, deudos del finado Don Domingo Campoblanco, mina que en otro tiempo abrió la atención de la Doctrina y que hacía su grandeza, como por su paralización es causa ahora de su pobreza. La plaza de Huaillarayán tiene una diagonal claveteada de lozas a causa, según tradición de los mayores, de haberse dividido por un fuerte terremoto. El año pasado de 1,847 un curioso jornalero descubrió una pequeña loza y habiendo muy confiado introducido y soltado su barreta, se escapó esta hasta no percibir las vibraciones que resultaba de los choques. Por estos lugares no tiene la humanidad doliente más amparo que el de la Providencia ni más medicamentos que un mezquino conocimiento de botánica, con el que suelen hacer curaciones de que se lisonjearían los más hinchados facultativos.

1 de diciembre de 1,848. Juan Pablo Huapalla.

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